Si estás buscando un pastel que sea ligero, tierno, esponjoso y absolutamente delicioso, has llegado al lugar indicado. Hoy te voy a compartir la receta de un Pastel Esponjoso Japonés, una opción excelente para servir con café y que seguramente encantará a todos.
El Pastel Esponjoso Japonés es reconocido por su textura suave y esponjosa, similar a una nube. Cada bocado se deshace en tu boca, dejando un sabor dulce y reconfortante. Es perfecto para disfrutar en cualquier ocasión, ya sea como postre después de una comida o para acompañar una taza de café en la tarde.
Lo maravilloso de este pastel es su sencillez y la mínima cantidad de ingredientes que se requieren. Con solo unos pocos elementos comunes de la despensa y un poco de paciencia, lograrás un pastel tan delicioso como los que se sirven en las cafeterías japonesas.
El secreto detrás de su esponjosidad reside en la técnica de batido y en la incorporación de aire en la masa. Con el equilibrio perfecto de ingredientes y el proceso adecuado, obtendrás un pastel ligero y suave que deleitará a todos los comensales.
Así que no esperes más y prepárate para sorprender a tus seres queridos con este delicioso Pastel Esponjoso Japonés. Asegúrate de tener café fresco a mano, ya que su sabor y textura se complementan de manera excepcional. Sigue los pasos que te mostraré a continuación y disfruta de este postre irresistiblemente esponjoso. ¡Comencemos a hornear y a deleitarnos con este maravilloso Pastel Esponjoso Japonés!
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Ingredientes:
6 Huevos de tamaño grande
120 g (1 Cup) Harina de trigo para todo uso
75 ml (1/3 Cup) Aceite de girasol
120 g (1/2 Cup) Azúcar
120 ml (1/2 Cup) Leche
1 Cucharada Zumo de limón recién exprimido
Una pizca de Sal
Un sobre de Azúcar vainillado o 1 cucharadita de gel o esencia de vainilla
Molde cuadrado de 20 cm x 20 cm y 10 cm de alto
Papel de hornear
Preparación:
Separamos las yemas de 5 huevos y las ponemos en un recipiente amplio, las claras las reservamos para más tarde, añadimos a las yemas 1 huevo entero, mezclamos bien sin batir.
Añadimos el aceite y seguimos removiendo siempre sin batir, seguidamente añadimos la leche tibia y mezclamos un poco más, tamizamos la harina pasándola por un colador o tamiz directamente en el mismo recipiente, mezclamos sin batir hasta que esté integrada con el resto de ingredientes y reservamos.
A las 5 claras de huevo le añadimos una pizca de sal y las batimos con varillas eléctricas hasta que comiencen a estar espumosas, seguidamente le añadimos el zumo de limón y seguimos batiendo hasta que estén a punto de nieve.
Agregamos al azúcar el azúcar vainillado mezclamos un poco y lo añadimos en forma de lluvia a las claras a punto de nieve sin parar de batir a velocidad media.
Cuando el azúcar ya lo tenemos integrado a las claras seguimos batiendo a máxima velocidad durante 7 minutos o hasta que sea un merengue firme y brillante. Una vez listo el merengue lo añadimos poco a poco a la mezcla de yemas, sin batir mezclamos hasta que esté todo integrado y reservamos mientras que preparamos el molde.
Es conveniente usar un molde que no sea desmontable y le pondremos papel de hornear en la base y en el lateral para que sea fácil desmoldar el bizcocho cuando esté listo.
Vertemos la mezcla en el molde y damos un par de golpes dejándolo caer sobre la mesa desde unos 10 centímetros de altura más o menos para que se asiente la masa. Pasamos un palillo de brocheta haciendo forma de zigzag dentro de la masa para destruir alguna posible burbuja y para dejar la masa bien repartida por el molde.
Preparamos una bandeja con un paño en el fondo (con el objetivo de que el molde no esté en contacto directo con el metal de la bandeja donde se va a hornear) y sobre el paño colocamos el molde con la masa para hornear a baño maría, vertemos agua caliente suficiente para que llene un par de centímetros la bandeja.
Llevamos a hornear con el horno precalentado a 160ºC (320ºF), con calor arriba y abajo; Horneamos a 160ºC al baño María durante 30 minutos. A continuación y sin abrir la puerta del horno bajamos la temperatura a 130ºC (260ºF) y seguimos horneando de 50 a 55 minutos más.
Una vez horneado lo retiramos del horno y de la bandeja con el baño maría, seguidamente lo sacamos del molde y lo dejamos enfriar sobre una rejilla (es normal que se bajé un poco) lo podemos comer frio o templado.
Cuando ya esté a nuestro gusto lo tenemos listo para disfrutar.
Listo!
Muchas Gracias…